miércoles, 4 de marzo de 2009

Agua, Agua, Agua...

Agua 1
Agua de las vedes ranas.
Agua del pozo con tortuga.
Agua zarca.
Agua del Lerma, del Ameca y del San Martín.
Agua del Grande y de la barranca.
Agua del Ojo de Agua.
Agua del niño ahogado en el charco.
Agua.
Agua de carpas desovando.
Agua santa sobre lágrimas que caen.
Agua maniatada en la alcoba.
Agua suicidándose a la mañana.
Agua con sabor a podrida.
Agua esparcida sobre tierra de panteón y lámina.
Agua calcinada en la luna.Agua mimada en primavera.
Agua enjuta por los años.
Agua de cadáver en la loma.
Agua de lluvia corruptora.
Agua, Agua, Agua... te espero con sed.

Agua 2
Se lo llevó el del agua;
como por arte me magiael del agua vino y se lo llevó.
Dijo que luego lo traería muerto pero vivito y coleando.
Cuando menos se lo esperaba se lo llevó el del agua con todo y moto.
Era de color morrón como el del mercado.
Goteaba por el culo.
Dejó su rastro.
Cuando lo encuentren espero que aún le quede líquido.
Se lo llevó el del agua.
Dijo que luego lo traería muerto pero vivito y coleando.
Que con su agua se lo coma.

Agua 3
El maromero se remolinea en mis jugos gástricos.
Pronto se transformará y se beberá toda el agua de mi cuerpo.
Concentrate y comunícate con el vecino en turno.
No dejes que te salpique los dientes y
disfruta la sensación de parir los cálculos renales goteaderos de agua.
No deseo convertirme en zancudo;
pero ya las alas se asoman por el ombligo y pronto volaré.
Pronto se acabará el agua de mi lengua y
las patas brotarán por mis ojos babeantes.
Quiero agua, más agua, agua.
Quizá así podré matarme de sed.
Vacía mis cacharros nasales.
Desagua los espejos de agua estancada.

Agua 4
Gracias por confiarme el secreto de tus riveras.
Yo no sé si pueda ocultar en mi lengua tantos suspiros,
o si los insignificantes cangrejos quebrarán los poderosos cálculos.
Tú me muestras tus márgenes quietas repletas de tepocates,
que se aniden en mi pelo.
Que las nibélulas pululantes de tus superficies se coman mis ojos.
Tú me muestras tus riveras.
Me arriscaré el pantalón y te pisotearé la cara,
morderé tu transparente faz desbordada de recuerdos,
de culebras de agua deslizándose en la bruma de tu presencia.
Ábreme el pecho como tu sabes, con el poder de tus corrientes
y la indiferencia de tus piedras.
Ábreme el pecho y
deja que me hunda en tus aguas.

Agua 5
Estoy esperando que el agua suene,
pero mis ojos no pueden aguantar más.
Si en veiticuatro horas se pierde el encanto,
me persignaré ante Santa Agua de Asís.
Cuando mañana amanezca,
me encontraré cenándome los oídos.
Simultaneamente percibo las imágenes
y las siluetas de las sombras
de las gotas de lluvia rezagadas.
Si no suena...
se me acabará la humedad.

Agua 6
No se trata de penes ni de vaginas,
se trata de agua;
de agua enredada entre los dedos de tus ojos;
de agua flotando sobre superficies porosas y contradictorias.
Se trata de unos labios que se derriten
al trote de caballos pintados en la pared.
El agua se estremece cuando las bombas quieren drenar.
Se trata de agua que se engarza con agua
para formar anillos de hielo.
Se trata de agua, que en hilos
teje el pasado escurrimiento
que mojó tu membrana auditiva.

Agua 7
Es cierto,
tienes mucha razón.
Te conocí comiendo pedazos de agua.
Llevabas puesta una fuente transparente
de agua que caía hacia tu cara.
Tu cabello se evaporaba con el sol de media nalga.
Tus ojos, pilas de agua bendita con plumas de paloma,
me santiguaban la lengua.
Tus piernas se consumían bajo mis manos.
Besame el ombligo,
y refrescame la nuca con tu arcoiris.

agua 8
I
Tú estás allí
con los dedos entre mis labios.
Te escucho
cuando se caen los cantaros de agua
sobre mi tumba.
Te miro.
Es el agua lo que extraño de nosotros.
Transpiro gusanos lo se.
Tus lágrimas, barro cosido, caen en mi espalda.
II
Ayer te toqué.
Tu aliento era tibio, repleto de madrugada.
Hoy no estas junto a mí.
Te extraño.
La muerte no es como el agua.
La muerte te extraña.
Con el temporal volveré,
volando cual golondrina de agua
que a ras de tus papilas gustativas pasa.
Volveré... con la noche en las espaldas
y tu mirada en mi boca.

agua 9
Sebastián me conoce.
El otro día lo vi ahogarse en el canto de las ranas angustiadas.
De vez en cuando lo oigo gritar como gato en celo.
Maulla por los tejados
sufriendo las inclemencias del sexo helado
que le aguijonean los testículos.
Sebastián no sabe que está muerto;
mejor para él.
Preferible las aristas de las estrellas
deshaciendo las entrañas,
a nueve días de olvido y rezos.

agua 10
Solamente un diente con su respectiva encia.
Solamente un ojo con su párpado.
El agua es así y uele a orines.
Seguramente los camiones la salpicaron
cuando viajaba de incógnito.

agua 11
El agua brota de tus sienes a mi tacto.
Tu espalda se derrite a mi aliento.
Te congelas al llegar al piso
¿Alguien puede decirme donde venden anticongelante?

agua 12
Los ojos de los insectos se callaron hace tiempo;
se quedaron secos de tanto fumar.
Las alas se cuajaron con el rocío de los esprincos.
Sus pasos se ahuecan a cada carcajada de las ranas
y sus casas se pierden casa segundo y cada segundo se encuentran.
Los insectos son charros que montan el agua
y cada instante gritan imprecaciones.