miércoles, 10 de octubre de 2012

Beatrice...

Emparentada con el mandato unilateral de la existencia,
del aquí,
minimalista como los plieges lejanos de la vejes.
imnanente
en la pulcritud del espacio en blanco
del paracetamol de seicientos gramos.
Beatrice...
Beatrice...
Santificado sea tu nombre...
Beatrice...
preludiando mi destino,
prístina,
haz de luz,
volando seremoniosa
sobre la escala menor melódica de mi.
Beatrice...
lejana...lejana...lejana...
lejano...
exiliado en la república del olvido,
en sin sentido,
en un dolor de cabeza
agudo, agudo, insoportable.
multiplicado al infinito
por una simple coincidencia,
en una vida de busqueda obsesiva
agostada por la cafiena
estas...
estamos...
al fin...
ahora...
Beatrice...
Adios...