sábado, 25 de agosto de 2012

LENGUA

Estoy triste hasta la desesperanza...
la estúpida esperanza...
la estúpida desesperanza de no encontrar un idioma
circunstancial-universal
que vele por ti
que hable por mí.
Un lenguaje donde confluyan nuestra bocas...
donde mi aliento sea capaz de desglosar la obscuridad de tu pensamiento.
Estoy triste y triste hasta la angustia...
¿Por qué hemos de ser extranjeros en nuestra misma patria?
¿Por que mis labios que reclaman tu tersura
permanecen paralizados intentando un acto de habla
un estúpido acto de habla que me prenda
a la comisura derecha de tu beso?
Te amo y tu no lo sabes.
¿Como enterarte que te amo?
¿En interlingua, en latín, en esperanto?
La próxima vez que me tropiece con tu
mejilla derecha, no diré nada...
solo dejaré volar mi espíritu.